Las tesis sobre la pandemia del grupo político Proletari Comunisti-Pcm, desde hace décadas ocupado en Italia en la construcción de un partido maoísta, provienen integralmente de los ecosocialistas, los cuales no son obviamente marxistas-leninistas y maoístas, sino ecologistas, trotskkijstas y socialdemócratas. En particular, fueron retomadas por Robert Wallace, que no perdió ocasión en los últimos años en sostener que todas las epidemias provienen de China (véase Big Farms Make Big Flu: Dispatches on Infectious Disease, Agribusiness and the Nature of Science). Esto, en singular sintonía con las tesis del imperialismo USA y del occidental, dado que las de China son diametralmente opuestas y atribuyen el origen de la pandemia a los USA. Por otra parte, es el imperialismo americano el que permite a Wallace dirigir un equipo especial para sus búsquedas, obrar con proyectos en las organizaciones sin fines de lucro, de usufructuar de contratos, más alla que con las universidades americanas, también con el “Centers for Disease Control and Prevention” y con la “United Nation’s Food and Agriculture Organization”.
Proletarios Comunistas, retomando también el ensayo “Guerra de clase microbiológica en China” del círculo Chuang, formado por un grupo de intelectuales anarco-comunistas chino, dedicado en gran parte a las tesis de Robert Wallace, y dando sistemáticamente realce a este último con la publicación de sus artículos e intervenciones, llevó adelante su iniciativa política relativa a la pandemia, sobre la base de las posiciones de los ecosocialistas. A ellas dedicó también un número entero de su periódico (el n. 11 de proletarios comunistas). La última publicación sobre el tema de Proletarios Comunistas es la publicación de una entrevista de Mike Pappas, Tre Kwon e Cliff Willmeng (dirigentes trotskijstas de la “Corriente Revolucionaria Internacional de los Trabajadores” para la ocasión presentados como “operadores sanitarios”) a Bob Wallace. La entrevista se titula “Capitalism Breeds Pathogens: An Interview with Epidemiologist Rob Wallace”. Proletarios comunistas la retomó del sitio trotskijsta “Left Voice”. Es de notar como tal sitio, pocos días antes proponía el artículo “Who Was Abimael Guzmán, the Founder of the Shining Path Party in Peru?”, (https://www.leftvoice.org/ del 25/09), en el que se sostenía que Gonzalo es “responsable de la muerte de 35.000 personas muertas en atentados terroristas contra la población”. Obviamente, Proletarios Comunistas no comparte estas posiciones, pero en tanto legitima de hecho las fuerzas que las sostienen.
Entremos ahora en el mérito de la entrevista a Robert Wallace (publicada en el sitio de Proletarios comunistas el 17/10 bajo la rúbrica “política proletaria”).
Rob Wallace se presenta como un ecosocialista, alguna vez también como un marxista y casi siempre como un “anticapitalista”. Pero en su entrevista, piensa que sea necesario aclarar rápido que “anticapitalista” no significa ser “comunista”, sino en cambio poner al centro el problema del poder de decisión de las comunidades locales: “Podemos hablar de la diferencia entre los países capitalistas y los otros; tendremos que hacerlo a su debido tiempo. Pero no es solo esto. Un gobierno debería decir: “¿Sabes qué sucede? Nuestra razón de ser es ayudar a la población con los bienes comunes y satisfacer las necesidades de las personas, que debemos evidentemente representar, cualquiera que sea el modelo de gobierno”. … “Este aspecto del control local es increíblemente importante. Y no importa cuál modelo se pretende adoptar – anárquico, socialista o comunista, basado sobre la planificación central. Eso significa intervenir, decir que no se puede más hacer agricultura de este modo, debemos hacerlo de un modo nuevo, que promueva la salud rural a nivel individual y comunitario. Debemos restituir a las personas la capacidad de controlar las cosas”.
Wallace acusa a la burocracia estatal china, que considera de todos modos perteneciente a un Estado socialista, de haber ignorado las exigencias de las “comunidades locales” y de haber “erosionado la selva”, favoreciendo el surgimiento de los patógenos. De este modo China, tomando decisiones de política económica que propagan los virus a escala global, se comportó, siempre según Wallace, como las multinacionales.
Respecto a China, afirma en la entrevista: “los chinos decidieron basarse sobre todo en la autoexplotación de los propios recursos para el desarrollo económico, más que seguir el modelo colonial tradicional del Norte global, que simplemente explota el Sur global. Haciendo así, los chinos erosionaron su misma selva, como sucedió con el ébola en África. Tienes la erosión de la última selva causada por la cría de ganado tradicional, pero también hay otro sector, que no interesa solo a China, y es el sector en crecimiento de la cómida salvaje: el pangolín, la civeta y similares, que vienen tratados cada vez más como ganado tradicional – es una comida cada vez más integrada en la economía alimentaria capitalista”.
Respecto a las multinacionales: “Para regresar al NAFTA, en este caso el acuerdo permitió derribar las barreras permitiendo a las multinacionales entrar; pero así entraron también las diferentes influenzas, que se recombinaron entre ellas hasta el surgimiento en el 2009 de un nuevo agente patógeno en los alrededores de Ciudad de México – patógeno que después comenzó a pasar de hombre a hombre causando una pandemia”.
Se trata de tesis de evidente matriz “no global”, a la cual los trotskijstas ecosocialistas dan un barnizado marxista. Las pequeñas comunidades, pero a veces hasta naciones enteras, vienen idealizadas. Se esconden las efectivas relaciones económicas que las caracterizan y que todavía hoy en África, América Central y Latina son de naturaleza semi-feudal, plenamente funcionales a dominios y los intereses del imperialismo y del socialimperialismo.
Se critica a la China actual, definida de todos modos socialista, porque el desarrollo económico ha desordenado los precedentes sistemas agrícolas. Del mismo modo Wallace podría criticar la China de Mao que, obviamente, dio un notable impulso al desarrollo de la agricultura y proveyó la construcción de industrias, calles, presas, puentes, ferrovías, aeropuertos, modificando inevitablemente los precedentes sistemas comunitarios semi-feudales viejos de siglos.
Del otro lado, respecto al trabajo de las multinacionales, se le acusa de penetrar en el espacio económico por ejemplo de África, de América Central y de América Latina, están bajo la opresión del imperialismo desde hace más de un siglo. Pero hoy esta estupidez, casualmente, se funde bien con el soberanismo nacionalista de “izquierda”.
Así como resultan además pertenecientes al filón que mezcla posiciones de la izquierda con posiciones de la derecha otros pasajes de la entrevista a Wallace donde este último afirma: “Y hay una interfaz creciente entre las personas del lugar contratadas por empresas nacionales y multinacionales para ayudar a dirigir estas plantaciones. Y también por vía della proletarización en curso, se trata de personas que no logran pagar todas las facturas. Muchos emigraron hacia las capitales regionales, de las cuales retornan durante el periodo vegetativo; y y he aquí el círculo, el ciclo, por decirlo así. … Cualquier agente patógeno, o ébola, que salte de los murciélagos o de los insectos se arraiga sobre los trabajadores locales encargados del ganado o de las plantaciones, o sobre los leñadores, o sobre los mineros, y esos trabajadores después emigran a las ciudades”.
El “marxista” Wallace no tiene idea de la diferencia y de la contradicción entre valor de uso y valor de cambio, producción y valorización, desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción, desarrollo de la productividad e intensificación de la circulación de los productos a escala internacional y dominio de la forma capitalista. Para él estos términos opuestos se identifican entre ellos. Como consecuencia, no tiene la mínima idea de cómo el desarrollo de la industria, de la productividad y de la velocidad de la circulación de los productos sea una base esencial y primaria para el socialismo. Se entiende así como la idealización, sobre el plano político y económico, de las pequeñas comunidades no se refiera solo al pasado, sino también al futuro y como, en consecuencia, su ideal de sociedad alternativa sea un socialismo comunitario reaccionario. En el artículo “Covid-19 y los circuitos del capital” (https://www.infoaut.org/global-crisis/covid-19-e-i-circuiti-del-capitale), Wallace, citando la “histórica Donna Haraway”, propone nuevamente la tesis de la lucha contra los totalitarismos en el interior de los cuales, como es de notar, los ecosocialistas colocan la experiencia de la construcción del socialismo en Rusia con Stalin y, apenas pueden, también la de la China maoísta. Wallace afirma: “¿podemos desactivar la bomba a tiempo?” – la salida de la enajenación debe desmantelar estas múltiples jerarquías de opresión y las modalidades específicas locales que interactúan con la acumulación. De este modo, debemos salir de las expansivas reapropiaciones del capital a través de materialismos productivos, sociales y simbólicos. O sea, salir de eso que se resume en el totalitarismo”.
Es de notar cómo después en la entrevista Wallace se retrae de alguna de sus recientes tesis centrales sobre el origen del Sars-CoV 2, como la que coloca sin vacilación su origen en el mercado del pescado de Wuhan. Pero al hacer esto procede en sentido incluso peyorativo, abriendo posteriormente las puertas a las teorías del imperialismo americano””Quisiera decir que pudiera hacer sucedido. En el 2013, un grupo de la Universidad de Princeton publicó un reporte según el cual, después del HSN1 y después del 11 de septiembre, los países de todo el mundo iniciaron a construir laboratorios de bioseguridad con niveles de bioseguridad (BSL) 3 y 4, donde se manejan los peores patógenos, los más peligrosos. Fueron construídos miles en todo el mundo. Una fuga de laboratorio es rara, pero si un evento raro tiene suficientes posibilidades de manifestarse, se inclina hacia lo inevitable, tanto que se trata de una hipótesis todavía sobre la mesa. En fin, se necesitaron 15 años para entender cómo surgió la SARS-1, no bastarán 19 meses para entender cómo surgió la SARS 2; entonces ambas opciones son posibles, aún si se inclinan más a apoyar la teoría del origen ambiental de la pandemia, a la luz de las responsabilidades que los coronavirus tienen de hacer experimentos con el sistema inmunitario humano”.
Encontramos poco justificable el hecho de que Proletarios Comunistas continúe compartiendo las teorías del ecosocialismo y a presentar su difusión entre los trabajadores como “formación teórica marxista”. La historia de Proletarios Comunistas le encuentra sus raíces en la campagna de rectificación de Servir al Pueblo en los primeros años Setenta, con la sucesiva adhesión al giro hacia Antonio Negri del PC(M-L)I – Voz Obrera. Prosigue con Agit-Prop y la explicitación del desprendimiento del marxismo-leninismo, para continuar con el sucesivo giro maoísta de los primeros años Ochenta y la asunción de la denominación “Rojo obrero”. Sucesivamente, asumió el nombre de “Proletarios Comunistas” y de “Partido comunista maoísta italiano”. Junto a varios valores, el defecto esencial de este grupo es de estar aún privado de un programa y de tesis bien definidas, con la consecuencia de proponer categorías interesantes (como por ejemplo el concepto de “fascismo moderno”), al cual después da varias interpretaciones diferentes y discordantes entre ellas. El sitio de Proletarios Comunistas (https://proletaricomunisti.blogspot.com) refleja bien, en el bien y en el mal, la que es su elaboración y su praxis. Una selección de hechos, eventos y tomas de posición que, prácticamente, cubren todas las cuestiones principales y todas las vertientes de la iniciativa política y teórica. Pero el límite que encuentra es que tal variedad es incluso excesiva, desde el momento que corre el riesgo de caer en una singular heterogeneidad.
No podemos, en síntesis, más que augurarnos que Proletarios Comunistas-Pcm, que a partir de la formación del Movimiento revolucionario Internacionalista en 1984, siempre desarrolló en Italia un importante trabajo de sostén de las guerras populares y en función de la construcción de una nueva internacional comunista de dirección maoísta, revise el planteamiento de su publicaciones y recupere una posición correspondiente a la necesidad de superar las grandes dificultades subjetivas que se oponen en Italia, como en los otros países imperialistas, a la construcción de partidos efectivamente maoístas.